miércoles, 15 de febrero de 2012

La neutralidad de red



Los modelos tradicionales que han gobernado el sector de las telecomunicaciones en el pasado reciente han de transformarse irremediablemente y adaptarse al nuevo escenario.

Ole Kirk Christiansen es posiblemente un desconocido para muchos de nosotros. Si tenemos en cuenta que se trata de un carpintero danés y que nunca imaginó que de su taller nacería una de las compañías de juguetes más relevantes a nivel mundial, seguramente empezaremos a intuir que papel juega en este artículo. Su aportación fue bastante sencilla a priori: desarrollar bloques de plástico que podían ser entrelazados conectando la cara superior e inferior de dos de ellos. Eso es Lego.
El polémico debate de la neutralidad de red vuelve con fuerza (quizá siempre estuvo ahí) animado por los máximos dirigentes de algunas de las principales empresas mundiales de telecomunicaciones.
Todas las miradas apuntan a compañías como Google, sinónimo de nuevos modelos de negocio en la red y que defienden su espíritu inversor y su contribución al crecimiento de servicios de comunicaciones.
Una oferta siempre atractiva, cuyo éxito, como el de otras empresas de la Internet, pasa por la utilización de redes desplegadas por los operadores de telecomunicaciones a través de cuantiosas inversiones.
Volvamos a Lego.
Una de las características esenciales de sus ‘ladrillos’ es que son, ante todo, parte de un sistema, como lo son los eslabones de esa cadena de valor.
Parece evidente que los modelos tradicionales que han gobernado el sector de las telecomunicaciones en el pasado reciente han de transformarse irremediablemente y adaptarse al nuevo escenario.
En un negocio que evoluciona a un ritmo frenético, operadoras de telecomunicaciones y otras compañías del ecosistema están condenados a entenderse como parte de ese sistema, definiendo y desempeñando nuevos papeles, que redunden en beneficios para todas las partes.
Parece evidente que el ‘lego’ del hipersector ha cambiado.
El protagonismo de las operadoras, que tenían el grueso de las piezas estructurales en forma de redes de comunicación, ha perdido peso a favor de otras empresas que, apoyándose en dichas redes, han perfeccionado sus piezas, haciéndolas sumamente atractivas para el consumidor.
El éxito de las empresas de la Internet está inevitablemente condicionado a un alineamiento adecuado de su oferta de servicios con las capacidades proporcionadas por las operadoras a través de sus redes.
Por su parte, las operadoras de telecomunicaciones deben entender el nuevo contexto y, apoyadas por un marco regulatorio adecuado, tener argumentos suficientes para invertir y seguir siendo el motor del sector sin renunciar a sus beneficios.
Algunas de las palancas ya accionadas o presentes en la agenda de estas compañías, como la apertura de sus redes a terceros para el desarrollo de nuevas aplicaciones y modelos de negocio, deberían marcar el camino, del mismo modo que la compañía que nos ha brindado una infancia creativa dio un paso más e incorporó el concepto ‘Lego Design by me’.
Por cierto, el nombre de Lego fue adoptado por la compañía en 1934, a partir de la frase leg godt, que significa juega bien. Bienvenidos a Legoland.
 http://www.portafolio.co

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